Captura de la pantalla o cabinet

Sin duda alguna, grabar el sonido que emana de la pantalla es la técnica más interesante de todas y suele ser la preferida por la mayoría de los técnicos ya que da mucho más juego a la hora de conseguir diferentes sonidos que simplemente grabar la salida de audio del instrumento. Otra cosa que debemos tener en cuenta es que esta técnica requiere algo más de tiempo de preparación, equipo y experiencia.
Lo primero que tendremos que hacer es enviar la señal de audio del bajo al amplificador. Si esto fuera un concierto, conectaríamos un cable TS a la entrada del amplificador y listo pero, aunque también se puede hacer en el estudio, esto obligaría al músico a estar en la sala de grabación y aunque parezca lógico, no es lo habitual ya que no es lo más cómodo para nadie. La opción preferida es que el bajista toque en la sala de control.

En la sala de control, el bajista tiene la opción de poder tocar sentado, no necesitará auriculares para la pre-escucha y la comunicación será más sencilla. Pero, ¿dónde estará el amplificador? Pues, en la sala de grabación. Para ello, tendremos que hacer llegar la señal del bajo hasta ahí.

Podemos conectar un cable hasta el amplificador desde el panel de conexiones de la sala de grabación y enviar la señal del bajo. El instrumento estará conectado a la caja de inyección y enviaremos una copia de la señal a través de la salida Link o Thru que encontraremos en la misma caja hacia el amplificador. Con este paso es como si hubiéramos conectado el instrumento directamente al amplificador. La salida ya transformada en BAL proveniente de la D.I., la grabaremos junto a la señal de los micrófonos que
pondremos en el Cabinet.


Nota Importante: Nunca se debe conectar la salida de audio del bajo a una entrada de línea o a un previo de micrófono directamente, ya que, estas entradas operan con otras impedancias y niveles, por lo que la señal resultante podría sufrir altos niveles de distorsión o una disminución considerable de la amplitud.

Microfoneado de la pantalla (Cabinet)

Ahora que ya hemos aprendido cómo debemos realizar el conexionado, es hora de poner los micrófonos en la pantalla. Sin salirnos en exceso de la idea de experimentar y probar diferentes posiciones, como guía inicial, podemos empezar ubicando un micrófono cardioide en el eje central del altavoz (On Axis) a muy pocos centímetros de la protección metálica que lo cubre (si es que tiene), tal como se muestra en la imagen (primera columna).


El hecho de usar patrón polar cardioide se debe a que será más fácil aislar el sonido de la fuente que queremos captar que si usamos un bidireccional o un omnidireccional. Esta posición nos dará un sonido con presencia y fuerza en los graves. Esto se debe a que los micrófonos direccionales captan mejor estas frecuencias en esta posición que si lo ubicamos fuera del eje central, lo que llamamos Off-Axis.

Si probamos una captura Off-Axis, tal como vemos en la imagen (segunda columna), conseguiremos un sonido más redondo, sin tanta presencia. El hecho de acercar el micrófono al altavoz provoca el efecto proximidad, típico de los micrófonos cardioides, que generan un aumento de las frecuencias graves. Por lo tanto, si queremos reducir el nivel de graves, debemos alejar el micrófono unos centímetros. También, es interesante probar diferentes ángulos respecto al eje del altavoz, pues como ya sabemos, los micrófonos tienen diferente respuesta según el ángulo.

También, es habitual reforzar el sonido del bajo usando dos micrófonos. Uno de ellos en alguna de las
posiciones que ya hemos visto y el otro en otra con un ángulo distinto y posiblemente usando otro modelo diferente, aunque tampoco hay problema si queremos usar dos micrófonos iguales.
Se podría dar el caso de que las dos tomas no funcionen bien juntas, pero alguna de ellas sí lo haga con la toma proveniente de la D.I.

En este caso, simplemente desechamos la toma que no nos guste. Siempre es conveniente tener más de una toma para la mezcla y buscar la mejor combinación. Hay que tener en cuenta que, al ir incorporando el resto de los instrumentos, la presencia de la pista del amplificador quedará escondida, por lo que la combinación con el sonido de la D.I., más rica en medios y agudos, nos ayudará a volver a meter al bajo en la mezcla.

El sonido que radia la pantalla puede alcanzar un nivel SPL considerable y el bajo no posee demasiada cantidad de frecuencias agudas, tampoco tiene un transitorio considerable, es por ello, que el micrófono dinámico es ideal. El Shure SM57 es uno de los micrófonos más usados para captar el bajo, tanto en estudio como en directo. El inconveniente de este modelo (y en general de los dinámicos de diafragma pequeño) es que su respuesta en frecuencia es algo pobre en graves, por lo que es común acompañar al SM57 con otro micrófono especial para captarlas. Cualquier micrófono de diafragma grande para bombo serviría. En la imagen de arriba, podemos ver un ejemplo donde se acompaña al SM57 con un Shure Beta 52A que tiene una respuesta en graves muy buena.

También, se pueden usar micrófonos de condensador debido a que tienen una mejor y extendida respuesta en graves aunque la aportación de éstos no es realmente notoria. Por otro lado, su alta sensibilidad puede ir en contra nuestra si no tenemos una sala con un acondicionamiento acústico adecuado. Si decides utilizarlos, tendrás que poner especial atención al nivel de presión sonora y a la distancia en que se posicione dicho micrófono de condensador. Por lo general y dependiendo de diferentes factores, de 50 cm. a 1 mt. acostumbra ser la distancia elegida.